El día 1 de mayo se pone a subasta un BMW 328 único. Este clásico de pre-guerra se ofrece con su atuendo de competición para la famosa Mille Miglia, una carrera de resistencia que se celebraba en Italia hasta 1957. El BMW 328 fue el heredero de una exitosa saga de deportivos ligeros que se remontaba a los 327 o 315, con quienes compartía arquitectura. La verdadera revolución venía por el motor, un seis cilindros en línea atmosférico que desarrollaba 80 CV con dos litros de cilindrada.
Con un peso de menos de una tonelada y sabiendo que estábamos en 1936, eran unas especificaciones impresionantes. Era un coche muy avanzado para su época, con chasis tubular de aluminio, frenos de tambor en las cuatro ruedas, caja de cambios manual de cuatro relaciones y una suspensión trasera semi-indpendiente. BMW se planteó dominar la competición con los 328 y ya en la Eiffel Rennen tuvieron su primera victoria. La competición más seria llegó en 1937, cuando empezaron a competir en la Mille Miglia.
Con sólo 816 kg de peso y el motor de dos litros llevado a los 130 CV, eran competidores imbatibles. Concretamente nos interesa el impresionante historial y la transformación que recibió la unidad que se subasta, con el chasis nº 85032. Comenzó su vida como un 328 con una carrocería coupé estándar, en 1937. Ese mismo año participó en Le Mans y el Tourist Trophy, con A.F.P. Fane y H.G. Dobbs al volante, de manera respectiva. En 1938 ganó la Mille Miglia con Fane y William James, en la categoría de menos de dos litros.
En 1939 venció la “German Alpenfahrt” con Fritz Roth y “Blasi” Huber, tras lo que el deportivo fue desmantelado para recibir una nueva carrocería ligera de aluminio. La conversión la llevaba a cabo Carrozeria Touring Superleggera en Milán – los mismos que han creado el Bentley Continental Flying Star – pero el ejemplar que se subasta ha sido el único carrozado por BMW en Munich. Además, la caja de cambios recibió algunas mejoras, también creciendo las prestaciones con el nuevo peso de 725 kg.
El diseño roadster es precioso, con líneas muy limpias y la presencia de los clásicos riñones de BMW en la calandra. Los pasos de rueda traseros estaban carenados y los guardabarros delanteros tenían una especie de cresta, similar a la costura de un vaquero, es de donde el coche recibió el apodo de “Büegelfalte”. El renovado BMW 328 participó en la Mille Miglia de 1940, la última celebrada hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, logrando un meritorio quinto puesto, un 328 coupé se llevó el título.
Al terminar el conflicto el vehículo fue entregado a la URSS como parte de las compensaciones por el conflicto. Era una práctica común, al menos tuvo más suerte que otros Mercedes o Auto Union de carreras que terminaron desmantelados – para llevar a cabo ingeniería inversa – o destrozados en accidentes. Su dueño pasó a ser Artiom Ivanovich Mikoyan, el director de Mikoyan i Gurevich, la empresa pública soviética dedicada a la producción de aviones de combate.
En 1972, vendió el coche a Giudo Adamson, de Riga, a cambio de un nuevo Lada. Guido Adamson lo conservó hasta 2001, cuando lo condujo hasta Munich para venderlo a BMW. Un coleccionista privado es el propietario ahora mismo y en el museo de BMW está expuesta una copia fidedigna con un motor original. El auténtico “Büegelfalte” se subasta el 1 de mayo en Sporting Classics, uno de los eventos más importantes de RM Auctions, que coincide con el 7º Gran Premio de clásicos, en las calles del Principado.
Se espera que el comprador pague entre 5 y 7 millones de euros por el coche, casi nada. Lo cierto es que un clásico con semejante historial y perfectamente restaurado bien lo merece.
http://www.diariomotor.com/2010/03/22/a ... egelfalte/
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Solo te das cuenta de lo que tienes cuando lo pierdes.